sábado, 24 de abril de 2010

PARADIGMA DE INVESTIGACIÓN POSITIVISTA

Se conoce también como cuantitativo, racionalista o empírico-analítico. Ha demostrado su efectividad en el desarrollo de la ciencia por la amplitud y diversidad de los resultados que ha aportado. En la actividad física ha sido el paradigma dominante durante muchos años.
En esta oportunidad el investigador está alejado del objeto de la investigación, es un agente externo que debe tener una elevada calificación profesional, el que determina un objeto de investigación, partiendo de un marco teórico establecido razonablemente; para estudiar el objeto introduce variables e indicadores; se plantea una hipótesis desde la lógica formal y selecciona métodos, técnicas y procedimientos estandarizados, normados, válidos y confiables, respetando el orden y rigor en su aplicación para evitar toda dificultad o contradicción con lo planificado. A partir de ese momento, toda la labor investigativa está encaminada a la comprobación de la hipótesis. Para ello utiliza el procesamiento estadístico para el análisis objetivo y riguroso de los datos, valorando de esta manera la posibilidad de generalizar los resultados. Evita por todos los medios los sesgos que pudieran producirse por las preferencias subjetivas e inclinaciones personales del investigador.
La lógica de este paradigma es la aplicación sucesiva de las siguientes etapas: planificación, ejecución, evaluación y comunicación
Debe tenerse en cuenta que la investigación es un proceso continuo, coherente, fluido, que se divide en etapas para la mejor comprensión y orientación del investigador, pero que no existe una barrera entre dichas etapas.
La planificación es la actividad inicial, donde el investigador proyecta todo lo que va a realizar, y en qué momento lo hará; es decir que esto se materializa en el proyecto o diseño de la investigación.
La ejecución es la etapa donde se llevan a cabo las tareas investigativas planificadas en la fase anterior; en ella se aplican los instrumentos investigativos a las muestras seleccionadas, con el objetivo de recoger la información, libres del factor subjetivo del hombre.
La evaluación es la fase siguiente, donde se procesan estadísticamente los datos obtenidos en la etapa anterior, lo que permite arribar a conclusiones científicamente fundamentadas.
Como conclusión de este proceso está la fase de comunicación, que constituye la elaboración y divulgación de un detallado informe con los resultados obtenidos. Esto permitirá que otros investigadores puedan repetir la investigación y obtener idénticos resultados, lo que sería una prueba irrefutable del rigor científico con que se ha trabajado y de la autenticidad de los conocimientos producidos.
En definitiva, esta lógica de la investigación no es otra cosa que la aplicación mecánica de los principios positivistas empleados en las investigaciones de las ciencias exactas y naturales a las ciencias sociales.
En este paradigma la actividad física, entendida como la educación física y el deporte, se ha estudiado a partir de las ciencias naturales y biológicas, de ahí el desarrollo que han tenido las investigaciones en el campo de la fisiología del ejercicio, la biomecánica, el aprendizaje motor y el desarrollo motor. Para ello se han utilizado una variedad de instrumentos estandarizados que han permitido medir con exactitud los logros y también los fracasos que han tenido los sujetos sometidos a esta actividad. Todos ellos visto desde un prisma totalmente cuantitativo donde: la inteligencia, la motivación, los intereses, la estabilidad emocional y las cualidades volitivas no han tenido cabidas.
Las principales limitaciones de este paradigma son: defiende la falsa neutralidad científica, extrapola los métodos de las ciencias naturales a las ciencias sociales, predominan los aspectos cuantitativos y los métodos empíricos y la establece distancia entre el investigador y los sujetos investigados,

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